Antes de contarte el impacto que esta generación ha tenido en la capacitación y en el sector turismo, en esta nota, te diremos quienes son estos millennials de los que muchos hablan como si fueran un virus o algo que se pudiera contagiar.

Aunque las fechas que manejan diferentes autores y estudiosos del tema no son del todo exactas, coinciden en que son los nacidos entre 1980 y el año 2000.

Pero… ¿quiénes son y qué quieren estos millennials que han empujado no sólo a la industria de la hospitalidad sino también a diferentes sectores a moverse de manera vertiginosa en el dinámico mercado ante el uso y explosión de las tecnologías?

Pasando desde los pokemones que Felipe Rios narraba en su blog hotelería mexicana, (veáse http://hoteleriamexicana.com/pokemones-oportunidad-o-riesgo/), hasta el interés por el desarrollo de softskills emprendimientos startuperos, el coworking, las residencias artísticas (como el programa que ahora llevan en el Hotel Fénix, ubicado en el corazón de la perla tapatía) y el amor por la interacción social e intercambio de información a través de comunidades, los millennials han abrazado la tecnología y los espacios de colaboración hacía nuevas interpretaciones.

¡Imagínate! dos de cada cinco jóvenes universitarios estará desempleado al egresar de su carrera. Y de acuerdo al INEGI 34% de la población está entre estas edades, es decir, unos 40.5 millones de personas. El pronóstico indica que los millennials representarán el 75% de la fuerza laboral en los próximos 10 años.

Debido a que la actividad turística contribuye al desarrollo social, cultural y económico del país y va en ascenso, estos ahora jóvenes y no tan jóvenes están trabajando en hoteles, restaurantes, cruceros, convenciones, administraciones públicas, centros de eventos, empresas de transporte aéreo, agencias de viajes, etc.

De acuerdo a la investigación elaborada en México en el año 2012 por parte de la Universidad La Salle Cancún “Alineación de los programas de estudio de educación turística a las necesidades del campo laboral”, los recién egresados de estos programas tardan un tiempo promedio de 3.5 meses para obtener algún tipo de empleo y aunque el 70.35% de la población entrevistada contaba con trabajo, la quinta parte de ellos, laboraba en algo que no estaba relacionado con su profesión.

Sin embargo, los cambios no se han hecho esperar, y los candidatos demandan el impulso al talento por parte de las empresas, así, la generación Y, busca algo más que una compensación económica; busca la posibilidad de progreso, capacitación y desarrollo, busca equilibrio entre su vida personal y profesional, trabajos con retos profesionales para vivir y construir experiencias que los doten de herramientas necesarias para introducirse a otros negocios, buscan ser parte de historias de éxito, gustan del home office que los enfoca a trabajo por resultados más allá de un horario establecido, les encanta viajar y estar inmersos en proyectos que les implique salir de la rutina y aprender. Valoran el reconocimiento y el mentoreo, siendo estos claves para la permanencia de los mismos en las compañías, como se señala en el estudio #DNAMILLENNIAL MÉXICO realizado por HAYS México dedicada a consultoría y reclutamiento. Puede ser que existen diferencias entre regiones, pero ahora existen más similitudes entre la misma generación en todo el mundo que diferentes generaciones del mismo país. La Escuela de Negocios de Carolina del Norte, suma al estudio de Hays que la generación se ve motivada a firmar contratos con empresas que les ofrezcan la colaboración más allá de la disputa; la evaluación con retroalimentación, criterios claros y bien definidos de su trabajo para la mejora; la motivación a través de un ambiente de trabajo que los haga sentirse cómodos; y están en búsqueda del coaching y la capacitación pues la mitad de ellos planean cursar más de una carrera y especialización.

Es así como la educación y la capacitación se torna en un proceso continuo y permanente de desarrollo, más allá de sólo la adquisición de un conocimiento aislado.

¡Y aunque muchos no los comprenden, a nosotros nos encantan!